Diario de viaje por la Competencia Latinoamericana
Día 1: AL MORIR LA MATINÉE

AL MORIR LA MATINÉE de Maxi Contenti

Por: Valentina Giraldo Sánchez desde Colombia | Cobertura colaborativa

El inicio del trayecto es lluvioso. El cuerpo es un cuerpo mojado, frío, asustado. El inicio de este viaje se hace en un barco pesquero. En AL MORIR LA MATINÉE, asistimos a una película de terror que sucede en un cine. En el mundo de las películas en las que aparecen salas de cine, al igual que en el mundo de las películas donde aparecen fábricas, todo lo que nos es permitido ver es el afuera, más que el adentro. Pienso, entre todo, en la reflexión que Farocki hace sobre lxs obrerxs que salen de la fábrica y las pocas imágenes de lxs obrerxs dentro de ella. En este largometraje que le da el inicio a mi viaje por las películas de la Competencia Latinoamericana del Festival de Mar del Plata, sí podemos ver la historia completa que sucede puertas adentro de una sala de cine.

El clima es un clima frío, la marea está alta y no hay tierra alrededor, el inicio de este viaje es incierto, emocionante, sorpresivo.

AL MORIR LA MATINÉE apuesta por la narrativa del cine de terror vinculando la experiencia de las salas como un terreno oscuro, en donde las luces de la película funcionan como una fábrica de reflejos y de historias.

Huir de un asesino dentro de un cine mientras se proyecta una película sobre otro asesino y que todo esto, a su vez, esté dentro de otra película, es mostrar y ver, ser y estar, en la fábrica de las visiones, los mitos y las huidas. Es volcar las historias de terror del espacio exterior común, al espacio interior, resguardado y casi romántico de una sala de cine. Es volver a ver el mecanismo que hace posible la mirada de ese cuerpo vivo de la película. Pero que también le permite vivir dos veces: vivir en la película dentro de la película y en la película original, la que fue elegida para ser parte de esta competencia y la que le da el inicio a este diario de viaje.

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