El médico general Arturo Serrano trabaja desde hace casi treinta años en el hospital rural de Santo Domingo, un pueblo ubicado en el centro de la provincia de Santa Fe. Serrano atiende a pacientes que peregrinan desde quién sabe cuán lejos hasta su consultorio, y también sale él mismo a las rutas en busca de aquellos abandonados a su suerte por la medicina moderna. El filme se dedica fundamentalmente a seguirlo a lo largo de sus tareas cotidianas, que van de ancianas con Alzheimer, a mujeres muy doloridas, personas con problemas mentales, jóvenes con intentos de suicidio y así, en un abanico de personas y enfermedades que no conocen de especializaciones.
La película se muestra tan respetuosa y observadora como el médico, contribuye a esto el uso de una fotografía en blanco y negro, que hace todo más evocativo y una ausencia casi total de entrevistas clásicas, que logra una inmersión mucho mayor en el mundo y en el presente del personaje que retrata. Y, más sobre el final, de la zona en la que estos personajes habitan en imágenes particularmente bellas.
Pese a la densidad potencial de algunas de las situaciones e historias dramáticas de los enfermos, el filme termina siendo, sencillamente, una celebración de la solidaridad y la generosidad entendida como parte fundamental del trabajo médico. Documental construido con rigor, nobleza y recato.
Festivales:
2014: Festival de Mar del Plata: Mención Especial (Competencia Argentina)
