[Película disponible en el marco de FIDBA: Festival Documental de Buenos Aires, durante la semana del 7 al 14 de febrero, gratis]
¿Por qué verla? Por la lucidez del director para montar este registro casero para resignificar la intimidad de la creación artística y expresar cómo el trabajo cotidiano de una banda es arte en sí mismo. Sumergidos en la cotidianidad de la grabación del disco Sector apagado (2019), los detalles y las conversaciones son el motor narrativo de este registro auténtico de la obsesión musical.
La apertura de EL ARTE MUSICAL muestra la imagen pixelada de una casa con paredes húmedas y humo de cigarrillo. Así se refleja un día normal de grabación: discusión de estética política, horas frente a la computadora editando cada segundo de las canciones, el montaje de autotunes caseros. La música tiene materialidad. Son cuerpos humanos, mates circulando, instrumentos distribuidos y tiempo, mucho tiempo repitiendo los mismos sonidos. Queda claro cómo este trabajo tiene más pasión que glamour.
“Va de nuevo”; “subí acá”, “pará, pará”: las discusiones, las frustraciones y las celebraciones le aportan la sonoridad a este documental que expresa al detalle la profesionalidad que conlleva la autogestión. Se agradece la visión del percusionista Federico Orio para grabar horas y horas de trabajo en el estudio y tener un registro histórico de la luminosa personalidad de Rosario Bléfari en la realización de su último álbum. “Esto está tomado mal, pero no sé, tiene un espíritu”, dice uno de los músicos durante la grabación. Ese espíritu se ve, se siente y acompaña durante los treinta minutos de EL ARTE MUSICAL.
Festivales:
2020: Festival de Cine Internacional de Mar del Plata
