Sinopsis: Un grupo de jóvenes pobres, sin familia y marginados de Medellín viajan al interior de Colombia tras la sentencia que le devuelve a uno de ellos las tierras de su abuela, víctima del desplazamiento forzado por la violencia que asoló al país
¿Por qué verla? Retomando la mirada sobre la violencia entre los jóvenes marginados de su ópera prima MATAR A JESÚS, Laura Mora profundiza en ese simple deseo de una vida distinta, articulándolo esta vez, con el relato histórico sobre las consecuencias de la guerra interna vivida en Colombia durante 70 años.
Contexto: Luego de los acuerdos de paz de 2016 entre el gobierno y las FARC, comenzó el desarme, el proceso de verdad y justicia, y la restitución de tierras a miles de personas desplazadas de manera forzosa por cualquiera de las fuerzas beligerantes: los militares, la guerrilla, los narcotraficantes o los paramilitares, vinculados estos a los terratenientes. La asamblea legislativa, primero, y el presidente Iván Duque a partir de 2018, obstaculizaron la aplicación de la justicia, trabaron el acceso justo a la tierra y facilitaron que miles de dirigentes sociales fueran asesinados por los paramilitares.
Mientras se muestran como niños jugando, Mora cuenta esto desde los ojos de Rá y sus cuatro compañeros, quienes, como en la Anabasis de Jenofonte, viajan enfrentando dificultades y violencias, tanto como asistencia de sus pares, los pobres del mundo. Todo para llegar a aquella casa familiar, que como el oro a principios del siglo XX, es el lugar de la felicidad posible (y la referencia al oro no es casual).
Las actuaciones de los jóvenes actores naturales son imperdibles.
Dato: Para quienes hayan visto la brillante película LA SIRGA (2012) de William Vega, sobre el final podrán entender que hay un vínculo entre lo que contaba aquella antes de los acuerdos y esta desde el presente.
Festivales: San Sebastián 2022, galardonada con la Concha de Oro por Mejor Película.
